De venta libre, aparentemente inofensivos y rodeados de mitos, los laxantes están presentes en las farmacias, pero también los lineales de bienestar y autocuidado de los supermercados. En los últimos años los llamados ‘laxantes naturales’ se han convertido en uno de los suplementos alimenticios más demandados, gracias a su relación, a menudo errónea, con el control de peso, la ‘dieta detox’ y el bienestar digestivo.
A pesar de todo ello no es un producto que deba tomarse a la ligera. Anna Vila Martí, dietista-nutricionista, miembro del Grupo de Investigación "Methodology, Methods, Models and Outcomes of Health and Social Sciences (M3O)” en la línea de investigación en Nutrition, Eating Behaviour, Gastronomy And Sustainability de la Universitat de Vic y académica de número de la Academia Española de Nutrición y Dietética, nos ayuda a entender qué son y para qué se deben usar los laxantes.
¿Qué es un laxante y para qué se utiliza?
Un laxante es una sustancia que se utiliza para facilitar la evacuación de las heces cuando estas no se eliminan de forma normal. Su forma de facilitar esta evacuación varía con el tipo de laxante. “Puede aumentar el tamaño de las heces para estimular la evacuación, incrementar la captación de agua para aumentar el volumen y facilitar la evacuación, etc.”.
Esta acción no es inocua. “El laxante es una sustancia que se administra de forma específica en un momento concreto y puede producir efectos secundarios indeseables. Por eso lo mejor es tener una dieta rica en fibra (fruta, hortalizas, cereales integrales, frutos secos y legumbres) y una ingesta adecuada de agua para que se facilite la evacuación habitual de las heces”, explica.
Tipos de laxantes
Aunque todos tienen el mismo objetivo, es decir, aliviar el estreñimiento, elegir uno u otro dependerá de las distintas necesidades y contextos clínicos. Conocer sus diferencias es clave para un uso responsable y eficaz.
Agentes espesantes
Funcionan absorbiendo el agua en el intestino y aumentando el volumen de las heces. El salvado de trigo y la Plantago ovata son buenos ejemplos de este tipo de laxantes. “Su uso es seguro pero requiere una ingesta elevada de agua para que el efecto sea el deseado”, advierte Vila Martí.
Ablandadores de heces
Favorecen el paso de las heces por el intestino. Como ejemplo encontramos el docusato sódico o el aceite mineral que se utilizan en el posparto, postoperatorios o en caso de hemorroides o fisuras anales.
Laxantes osmóticos
“Aumentan la retención de agua en el intestino para estimular la motilidad intestinal. Lo encontramos en azúcares no absorbibles como la lactulosa, el lactitol o el sorbitol o el sulfato de magnesio. Se utiliza en la limpieza intestinal precolonoscopia o en el estreñimiento severo”, indica la dietista-nutricionista. En este caso hay que tener cuidado porque “su uso prolongado puede provocar desequilibrios electrolíticos. Además, se desaconseja en la insuficiencia renal grave”.
Laxantes estimulantes
Con este tipo de producto se estimula el peristaltismo intestinal, la secreción de agua y electrolitos. “Provocan una irritación de la mucosa intestinal lo que causa contracciones del colon. Por eso sirven exclusivamente para un uso puntual en caso de estreñimiento agudo. No se recomienda su uso habitual ya que pueden crear disfuncionalidad en la motilidad del colon ”. Ejemplos son el sen o la cáscara sagrada.
Cómo usar los laxantes de forma segura
El uso de laxantes de forma segura requiere saber cuándo hay que tomarlos, durante cuánto tiempo y qué tipo según el caso. Además, es recomendable seguir indicaciones médicas y evitar la automedicación.
Casos especiales
En algunos casos hay que tener especial cuidado porque los efectos podrían ser graves, sobre todo, en niños, embarazadas y bebés, así como en pacientes con diabetes. En estos grupos poblacionales lo primero que se debe hacer es estudiar la causa del estreñimiento y en función de esto, buscar el laxante más adecuado y siempre bajo supervisión médica.
¿Qué laxante es más efectivo para una colonoscopia?
En la actualidad se utilizan productos específicos para poder eliminar todo el contenido del tracto digestivo (lactulosa o sulfato de magnesio) junto con una dieta con bajo contenido en fibra (la famosa dieta para la colonoscopia o dieta blanda muy baja en fibra).
Sin embargo, algunos estudios cuestionan la ingesta de estas dietas tan específicas y el abuso de laxantes. “Se pueden obtener iguales resultados a nivel de imagen sin tantas modificaciones”.
¿Cómo debería ser una dieta laxante?
Para que la dieta que se consuma tenga efecto laxante de forma natural, “debería incluir al menos un plato de hortalizas crudas o cocidas en las comidas principales y al menos tres piezas de fruta al día. Además, se debería incluir cereales integrales, frutos secos y legumbres en la alimentación habitual. Y, sobre todo, un adecuado consumo de agua: si se ingiere mucha fibra pero poca agua, se puede producir el efecto contrario y aumentar el estreñimiento”, advierte la académica de número.
Hortalizas, frutas
Todas las frutas y hortalizas son, en mayor o menor medida, fuentes naturales de fibra y de sorbitol, por lo que una ingesta habitual contribuye a facilitar la evacuación. Un caso especial es el de las ciruelas pasas para las que EFSA tiene autorizada una declaración de propiedad saludable por su contribución al tránsito intestinal.
Infusiones y otras bebidas laxantes más efectivas
Las infusiones, de por sí, tienen la capacidad para aumentar la ingesta hídrica. En el mercado se pueden adquirir algunas con funciones específicas pueden aumentar los beneficios:
- Malva: contiene mucílagos que ablandan las heces y facilita la lubricación.
- Cassia angustifolia: es un estimulante del colon, su uso habitual puede provocar irritación intestinal y está contraindicado en el embarazo, lactancia o las enfermedades inflamatorias intestinales.
- Cáscara sagrada: es un estimulante intestinal suave de efecto retardado (actúa pasadas las 6 horas después de su ingesta). No se debe utilizar de forma crónica.
Evitar el estreñimiento
Las indicaciones generales para evitar el estreñimiento son seguir una dieta saludable con un aporte adecuado de agua y la ingesta regular de fibra a partir de frutas, hortalizas, cereales integrales, legumbres y frutos secos. ,No debe ponerse el énfasis en un alimento concreto pues el efecto se logra con el patrón alimentario.
Además, es muy importante seguir un estilo de vida activo, pues la actividad física y el deporte, facilitan la motilidad intestinal.
Asimismo, debe evitarse retrasar el momento de ir al baño, pues dificulta las deposiciones posteriores, así como procurar habituarse a seguir un horario regular para ir al baño, por ejemplo, después de desayunar, aunque no sienta la necesidad.
En caso de tomar suplementos de fibra, incrementar la cantidad de forma paulatina para una mejor tolerancia, repartiéndola en varias tomas a lo largo del día. El uso de laxantes solo debe hacerse con supervisión sanitaria.
El Consejo de ALDI
En caso de diarrea o estreñimiento habitual, consulta con un dietista-nutricionista para valorar cómo tu dieta puede estar contribuyendo a ello.
Anna Vila Martí. Académica de Número de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética (Universitat de Barcelona, 2000), Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Universitat de Vic, 2003) y Doctora en Nutrición y Metabolismo (Universitat Rovira i Virgili, 2013). Miembro investigador del Grupo de Investigación en Alimentación, Salud y Bienestar de la Universitat de Vic. Ha desarrollado su trayectoria profesional en el ámbito de la industria alimentaria en los departamentos de I+D de empresas como Las Comas-Cemoi (Olot), Bellsolà (Aiguaviva) o Bimbo (Barcelona) y desde 2008 como profesora agregada en el Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universitat de Vic. Actualmente, aparte de la docencia y la investigación, es responsable de las Prácticas Externas de los estudiantes de nutrición y la Coordinadora de los Trabajos de Fin de Grado de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Bienestar de la Universitat de Vic. Cuenta con algunas publicaciones en revistas como Nutrición Hospitalaria y Journal of Pedriatric Gastroeneterology and Nutrition.
