Durante los nueve meses de embarazo, el cuerpo de la mujer sufre innumerables transformaciones, tanto por dentro como por fuera. Todo se prepara para gestar a un nuevo ser y esta nueva situación produce cambios que pueden comportar algunos problemas. La retención de líquidos en el embarazo es uno de los más frecuentes, en especial, durante el último trimestre. Lucía Bultó, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de la Nutrición y Dietética, nos despeja todas las dudas respecto a por qué se produce y cómo controlarla.
¿Qué es la retención de líquidos?
La retención de líquidos se produce cuando el organismo no es capaz de eliminar de manera óptima la acumulación excesiva de líquidos que se queda dentro de los tejidos y en el espacio que hay entre ellos. Los síntomas son bien conocidos: “Hinchazón de zonas distales, como pies y manos, tobillos, piernas o incluso cara”, enumera Bultó.
Esta situación es habitual y fisiológica durante el embarazo, lo que no quita para que haya que tenerla bajo control.

Causas de la retención de líquidos en el embarazo
Cambios hormonales
Durante el embarazo, la madre produce una mayor cantidad de progesterona, la hormona que gestiona el normal desarrollo del embarazo. Esta hormona, sin embargo, tiene un efecto secundario en el cuerpo de la mujer: disminuye el tono de la musculatura lisa del aparato gastrointestinal y circulatorio. Como consecuencia, la capacidad contráctil de las venas disminuye, dificultando en el retorno venoso y favoreciendo la formación de edema.
Aumento del volumen sanguíneo
La volemia o volumen de sangre, aumenta de manera significa durante las primeras semanas de gestación y progresivamente durante todo el embarazo. “Este aumento en el volumen de sangre es necesario para cubrir las necesidades metabólicas del feto. También va a servir para compensar la pérdida de sangre y líquidos durante el parto”, apunta la experta.
Este incremento sanguíneo, acompañado de ese menor tono muscular, aumenta la retención de líquidos.
Clima caluroso
Las temperaturas altas favorecen la retención de líquidos, ya que los vasos se dilatan más y el retorno venoso se hace aún más lento.
Disminución de actividad física
Aunque la mujer sea deportista, es normal que “a medida que el embarazo progresa haya menor movilidad, sobre todo de la parte del tórax y piernas. Esta situación se traduce en retención de líquidos fácilmente observable en pies, tobillos, gemelos y cara”, advierte Bultó.
El incremento de peso, por encima de lo que el cuerpo está acostumbrado a movilizar, sumado al cansancio que en muchas ocasiones acompaña a la mujer embarazada, contribuyen a que a medida que avanza la gestación, muchas futuras madres reduzcan su actividad física. Este cambio favorece la retención de líquidos, que puede empeorar si a esa situación se añaden las altas temperaturas del verano.
Consumo excesivo de sal
Un consumo excesivo de sal suele producir retención de líquidos. Dado que durante el embarazo se tiende a retener líquidos, conviene no abusar de la sal.
La experta apunta varios consejos prácticos para comer con menos sal, sin renunciar al sabor:
- Reducir la sal que añadimos al cocinar (atención también a las pastillas de caldo u otros preparados para saborizar los alimentos)
- Evitar al máximo no añadir o reducir la que se añade en la mesa. Un truco sencillo es no llevar el salero a la mesa
- Aderezar con especias o hierbas aromáticas, que aportan sabor y nos ayudan a no echar de menos la sal
- Evitar las salsas industriales
- Limitar al máximo el consumo de procesados y ultraprocesados, que suelen llevar mucha sal y otros nutrientes poco saludables, como azúcares o grasas saturadas y trans.
Otros factores que justifican la retención de líquidos durante la gestación
Durante el embarazo, el cuerpo “precisa y favorece una mayor cantidad de líquidos en el cuerpo”. Esto favorece un aumento de la retención de los mismos.

Síntomas de retención de líquidos en el embarazo
Los síntomas son los mismos en mujeres embarazadas o no embarazadas, es decir, hinchazón en piernas, manos, tobillos y pies. “Se acumula más en aquellas zonas en donde la circulación de retorno o retorno venoso se vuelve más pesada”, señala la experta.
Casos en los que la retención de líquidos es un problema médico
La retención de líquidos durante el embarazo no suele llegar a convertirse en un problema médico, más allá de la incomodidad que significa para la mujer embarazada. A pesar de ello, conviene estar atento, ya que el tándem retención de líquidos y aumento de peso pueden producir un aumento de la tensión arterial.
Si se detecta una situación de hipertensión arterial, el médico —y solo el médico— pautará la mejor manera de controlarla y moderarla. “Se desaconseja absolutamente la automedicación, así como los consejos que personas con la misma problemática puedan ofrecer. Los controles periódicos durante la gestación suelen ser la manera más eficaz de prevenir y controlar este problema”, afirma Lucía Bultó.
Preeclampsia: ¿Qué es y cómo diferenciarla de la hinchazón habitual?
La preeclampsia es una complicación seria relacionada con la retención de líquidos que puede presentar una mujer embarazada. “Se produce porque la presión arterial alta de la madre reduce el suministro de sangre al feto”, explica Bultó. Esta situación puede llegar a ser un problema muy grave, tanto para la madre como para el bebé.
Al ser un problema relativamente frecuente, los médicos están siempre muy pendientes de este parámetro para poder controlarlo y, en su caso, dar las pautas para solucionarlo.
Consejos para prevenir la retención de líquidos
Para prevenir la retención de líquidos desde el punto de vista de la nutrición y la dietética, Lucía Bultó tiene claros los siguientes consejos:
- Comer con poca sal o incluso eliminarla por completo.
- Descartar todo lo posible los siguientes alimentos: el pan con sal, el queso, los embutidos, los encurtidos, conservas y alimentos enlatados con sal, tipo aceitunas, especialmente, durante el último trimestre de gestación.
- Eliminar de la dieta los platos preparados, así como los alimentos procesados, en cuya preparación suele emplearse mucha sal, incluidos aperitivos, como palomitas o chips.
- Beber suficiente cantidad de agua, para favorecer la diuresis y la eliminación de sal por la orina.
- Evitar el alcohol. Esta sustancia es un retenedor de líquidos e impide una eliminación correcta de desechos. Si ya se desaconseja durante el embarazo, con más razón para evitar la retención de líquidos. Y en cualquiera de sus versiones o variedades (no a la ‘copita de vino’ o a ‘tomar una caña fresquita’).
- Práctica de ejercicio físico. La actividad física adecuada a la condición física de la gestante aumenta el tono muscular y favorece la movilización de líquidos. Una forma fácil y saludable es dar caminatas al aire libre: tienen poco riesgo de lesión, ayudan a sintetizar vitamina D y contribuyen a disminuir la hinchazón de los pies. También se suele recomendar, siempre bajo supervisión del especialista, el aerobic en la piscina. Además de reducir el riesgo de retención de líquidos, mantener buenos hábitos de ejercicio reducen el riesgo de padecer sobrepeso y otros trastornos, como la diabetes gestacional, la preeclampsia, el parto prematuro, las varices o la hinchazón.
Alimentos recomendados para prevenir y reducir la retención de líquidos
La experta incide en las bondades de incrementar el consumo de los siguientes alimentos durante el embarazo:
- En general, las verduras son ricas en agua y en minerales, como el potasio, que ayuda a la eliminación de líquidos. La experta señala como especialmente indicados los espárragos, las alcachofas, el hinojo, el perejil, el apio o el pepino.
- Infusiones de ciertas hierbas (sin añadir azúcar), como la cola de caballo, que contribuyen a la diuresis.
- Algunas frutas pueden ser especialmente recomendables porque tienen un mayor porcentaje de agua y menos azúcares, como la piña, la sandía y el melón.
Tratamientos médicos
Es cierto que en algunos casos hay que tratar el problema de retención de líquidos durante el embarazo de manera farmacológica, “pero será el medico quien indique y controle el tratamiento más indicado en cada caso”.
El Consejo de ALDI
La actividad física moderada y adaptada al estado físico de la madre es fundamental para la salud de la mujer y del feto. Si tienes dudas, consulta con un graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte para evitar sobrecargas o un exceso de pulsaciones

Lucía Bultó. Miembro de la academia Española de Nutrición y Dietética. Titulada como dietista-nutricionista por la Universidad de Nancy (Francia) y la Universidad de Barcelona. Actualmente tiene consulta en el Centro de Asesoramiento en Dietética y Nutrición Centro Médico La Rotonda (Barcelona). Docente en el Gremi de Pastisseria de Barcelona y consultora externa de grandes empresas del sector de la alimentación, como Nestlé, Aneto, Lactalis, Danone, Adam-foods... Web: http://www.dndiet.com/
